Hay un paralelismo muy estrecho entre las dos grandes hombres que se llamaron así: uno en el Antiguo Testamento, y el otro en el Nuevo.
La vida de los dos Josés guarda una gran similitud. Los dos fueron a Egipto, los dos son famosos por su castidad, y los dos recibieron la voluntad de Dios en sueños.
Y parece como si los sueños del primer José, se hicieron plenamente realidad en el segundo.
Nos dice el libro del Génesis (37, 5-10):
Tuvo José otro sueño, que contó a también a sus hermanos, diciendo: "He visto que el sol, la luna y once estrellas me adoraban".
Efectivamente en Nazaret, Jesús y María se someterían a la autoridad del Jefe de la familia: el Sol de justicia, que es Jesús, y la Luna, María, que recibe la luz del Astro Rey.
Y también así como el primer José se convirtió en intendente de los graneros de Egipto. De igual manera, el segundo José recibió el encargo de ganar el pan de la familia de Nazaret.
También a nosotros San José nos ayuda como Padre. Por eso nos dice la Iglesia, como el Faraón decía a sus súbditos: «id a José».
Hemos de ir a él como han acudido los santos. Teresa de Jesús escribió sobre el Santo Patriarca: «No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer» (Libro de la vida, cap. VI).
En hebreo el nombre de José significa: Dios añadirá. Eso es lo que hace: conseguir que el Señor multiplique las cosas buenas en nuestra vida.
Y parece como si los sueños del primer José, se hicieron plenamente realidad en el segundo.
Nos dice el libro del Génesis (37, 5-10):
Tuvo José otro sueño, que contó a también a sus hermanos, diciendo: "He visto que el sol, la luna y once estrellas me adoraban".
Efectivamente en Nazaret, Jesús y María se someterían a la autoridad del Jefe de la familia: el Sol de justicia, que es Jesús, y la Luna, María, que recibe la luz del Astro Rey.
Y también así como el primer José se convirtió en intendente de los graneros de Egipto. De igual manera, el segundo José recibió el encargo de ganar el pan de la familia de Nazaret.
También a nosotros San José nos ayuda como Padre. Por eso nos dice la Iglesia, como el Faraón decía a sus súbditos: «id a José».
Hemos de ir a él como han acudido los santos. Teresa de Jesús escribió sobre el Santo Patriarca: «No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer» (Libro de la vida, cap. VI).
En hebreo el nombre de José significa: Dios añadirá. Eso es lo que hace: conseguir que el Señor multiplique las cosas buenas en nuestra vida.
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