miércoles, 15 de noviembre de 2017

TODO ES POSIBLE EN GRANADA



Si uno consulta en Google, no en otro buscador de internet sino en ese. Si uno pone: “Ruiz Palomino, José” Te sale lo siguiente. (No quiero decir que tenga truco sino que al hacer esa búsqueda te sale precisamente en Google): “El niño de la fotografía es mi hijo Fran

Ese era el título de un capítulo de un libro, sobre las enseñanzas de san Josemaría sobre la familia. Pues en la portada del libro aparece el primero de los hijos de Mari Paz y Pepe, siendo levantado por un santo. Bien empezamos…

Pero la cosa continuó… Después vino el segundo, la tercera Aunque el asunto se podía haber torcido por culpa de la afición del cabeza de familia por la música.

Como se lee en ese libro, Pepe tomó una decisión crucial en su vida: desocupar la habitación donde tenía todo un arsenal de cintas de música clásica. Echó de casa a Beethoven y a Juan Sebastián Bach, para que cupieran un Álvaro y un Javi.

Quién les iba a decir a Mari Paz y a Pepe, que tendrían a dos hijos sacerdotes ordenados en la misma ceremonia…: es como tener mellizos. En este caso trillizos, porque yo me considero de los Ruiz Antón… Porque desde que Pablo me adoptó he ejercido de cura de la familia.

Como acabamos de oír en la primera lectura de la Misa de hoy que decía el Señor al profeta: es que vuestros planes no son mis planes (Isaías 55, 6-9). La verdad es que la ceremonia de hoy es un tanto asombrosa. Ya que se ordene un hijo es regalo. Pero que se ordenen dos, y a la vez.

Como me decía Marí Paz, al darme la noticia: -Es que todavía no me hecho a la idea... Es para darle gracias a Dios continuamente. Ya lo acabamos de oír en el salmo (cfr. 144): estar continuamente alabando a Dios.

Tan abrumado estaba Pepe, al decirme que los dos hijos se ordenaban…, que lo primero que me vino fue una carcajada. Como si el Señor jugara con nosotros: como si  hubiera sacado dos conejos de la chistera, valga la comparación.

Hoy es un día importante en la vida de un sacerdote. Nunca se olvida la Primera Misa, como el día de la Primera Comunión, que providencialmente también la hicieron juntos: el 28 de mayo de 1983. Pues este 23 de septiembre de 2017 es un día único, y además por duplicado, que es lo más curioso.

Estando los dos en Roma, don Javier –entonces el Padre– bromeaba con Álvaro y con Javi, porque a veces los confundía. (La verdad es que en algunos cuadros de Armando Pareja aparecen los dos como modelos de ángeles rubicundos. Hay que decir que el artista también ha pintado angelitos negros. Pero todavía no se ha atrevido a pintar ángeles calvos como Pepe y un servidor. La cosa es un poco discriminatoria).

Pues como los nuevos sacerdotes son muy parecidos, uno de los dos hermanos, le decía en a don Javier en Roma: –"Padre no es tan difícil diferenciarnos. Yo soy Javi y Álvaro es como una fotocopia mía, pero un poco ampliada"  Y el Padre se moría de la risa

Ya se ve que con estos dos, la vida de los Ruiz Antón ha sido un continuo show. Con decir que Álvaro, Javi y Jorge formaban una productora de eventos familiares llamada "Los tres cerditos". Que eran como el tridente del Barca, pero en broma. Y Javi, me ha contado, que en la actualidad como tienen más caché se llaman "Los tres Tenores". Seguramente el vaticano los tendrá que contratar para Navidad.

Y no deja de ser simpático que el Evangelio de la Misa sea el de la parábola del propietario, o sea Dios mismo que que al amanecer -en la juventud de las personas- sale a contratarnos para su viña (cfr. Mt 20, 1-16a).

Recuerdo que de pequeño además de torero, yo quería  ser Papa… Pero las dos cosas a la vez. Obispo de Roma por la mañana y matador de toros por la tarde. O sea pluriempleo.

La verdad es que lo de torear me ha salido, pues como sacerdote, hay que dar capotazos y estar al quite, porque ahí está el demonio con sus cuernos. Sin embargo mi carrera de Papa se torció. A lo mejor Álvaro o Javier tengan más suerte.

Lo digo porque al oír el Evangelio (Mt 20, 1-16a) me acordaba de lo que decía el Papa Benedicto al inicio de su pontificado. Que Javi, escuchó en directo desde la Plaza de san Pedro.

Decía el Papa Ratzinger, que él era un humilde trabajador en la viña del Señor. Y si eso es el Papa, también nosotros lo sacerdotes. No podemos darnos importancia.

Aquí el importante es Jesús. Por eso hemos oído a san Pablo en la Segunda lectura que nos ha dicho: "Para mí la vida es Cristo"( Fl 1, 20c-24. 27a). Esto es lo que he oído al Padre en el mes de agosto.

Este verano he tenido la suerte de coincidir en Alemania con el Prelado de la Obra. Y nos decía a los sacerdotes que centráramos nuestra vida en Jesucristo.

Que se vea que todo lo que hacemos, lo hacemos para ser fieles a nuestro Señor. Que lo que los sacerdotes hacemos, no es una cosa nuestra: el Señor está haciéndola a través de nuestras manos.

Y por supuesto, nos decía, que se nos tenía que notar, que de verdad estábamos contentos. Desde luego esto último no hay que recordárselo a estos dos.

Precisamente hoy es víspera de Nuestra Señora de la Merced. Y no es una casualidad que la principal capilla de esta Parroquia está presidida por su imagen. Aquí a la derecha.

A nuestra Madre, le damos las gracias –como hacen Mari Paz y Pepe– por estos dos regalos que Ella nos ha hecho.

Y le pedimos que estos dos nuevos sacerdotes,  y este viejo, cada vez nos parezcamos más a Jesús.






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