domingo, 27 de enero de 2008

LA LINTERNA

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? (1). Estas palabras del Salmo responsorial nos llenan de paz. Él es la Luz de nuestras vidas. Luz que procede de la de Luz, diremos dentro de unos minutos en el Credo, al definir a Jesús.

Había profetizado Isaías: El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló (2).

Como escribió San Mateo esta profecía se cumplió en Jesús. La humanidad caminó en tinieblas hasta que la luz brilló en la tierra, cuando Jesús nació en Belén. Luego, ese lucero se trasladó a la pequeña ciudad de Nazaret iluminando la vida de sus paisanos.

Después, Jesús llamó a unos hombres sencillos de Galilea y dio sentido a sus vidas. Aquellos pescadores salieron de la penumbra de una existencia sin relieve e iluminaron el mundo (3).

También ahora desde el sagrario el Señor es un faro que da luz y sentido a la monotonía de nuestro trabajo, y de nuestra vida de familia, siempre lo mismo.

Nosotros –si acudimos al sagrario para pedir ayuda– podemos iluminar la vida de los demás: estando serenos, siendo optimistas, simpáticos, pensando en positivo.

Viviendo así, no seremos quizá un gran faro, pero si una pequeña linterna que iluminará a los más cercanos, cuando vengan los inevitables apagones de la vida.

La Virgen, Madre de Dios, dio a luz a la Luz, que ella nos ayude a recibirla en la comunión, y llevar la alegría a los demás.

(1) Sal 26, 1.- (2) Primera Lectura de la Misa: Is 8 (3) Evangelio de la Misa: Mt 4, 12-23
Ver homilía extensa

domingo, 20 de enero de 2008

EL CORDERO DE DIOS

Juan el Bautista, estando en la orilla del Jordán, vio a Jesús y dijo de él: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (1). Esta es la tarjeta de presentación del Señor.

Los judíos en tiempo de Pascua sacrificaban cada año un cordero, en recuerdo de que con la sangre de este animal fueron librados de la muerte y de la esclavitud en Egipto.

Nosotros también hemos sido liberados de la muerte eterna y de la esclavitud del pecado, gracias a la sangre de Jesús. El Señor fue el autentico Cordero Pascual que murió para librarnos de nuestros pecados.

Jesús es el Cordero que vino a perdonar. Es el Redentor, el Reconciliador. Pero el Señor se ha quedado con nosotros para seguir perdonando. Justamente en su misericordia conocemos el amor que Dios nos tiene.

Por eso no nos debe extrañar que los santos se confesaran semanalmente, y a veces con más frecuencia, porque experimentaban el amor de Dios y eso les impulsaba a ser mejores.

Un santo de nuestra época, San Josemaría, entró en una habitación donde estaban trabajando en unos asuntos que él les había encargado. Y dirigiéndose a los que estaban allí, les corrigió por unos errores de su trabajo.

Después les hizo ver, con tono enérgico, el alcance que podrían tener esos fallos, y salió de la habitación.

Pasado un rato, regresó, y, con una expresión amable les dijo:
–Hijos míos, acabo de confesarme con don Álvaro: porque lo que os he dicho antes os lo tenía que decir, pero no de ese modo. Así que he ido a que me perdone el Señor... y ahora vengo a que me perdonéis vosotros.

La confesión es el mejor remedio para alejar la tibieza, el desamor. Es bueno que acudamos a este sacramento aunque sea por cosas pequeñas, porque eso nos ayuda a querer más al Señor.

El sacrificio del Cordero pascual se renueva en la Santa Misa. Antes de la Comunión, al presentar el Cuerpo de nuestro Señor, el sacerdote dice como Juan el Bautista:
este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Es un buen momento para prepararnos a recibirle, dándole gracias porque ha muerto por nosotros.

(1) Jn 1, 29.-

domingo, 13 de enero de 2008

ES MI PADRE

Jesús fue al encuentro de San Juan Bautista, que estaba predicando con gran éxito la conversión. Era normal en un ambiente de expectación ante la venida del Mesías, la gente se estaba preparando.

«Todo el pueblo iba a él» dice la Escritura. Iban tantos, que los fariseos se molestan y acuden para ver que pasa. Por eso no es de extrañar que Jesús también acuda: «Vino Jesús al Jordán desde Galilea».

Juan el Bautista cumplió su misión de suscitar un gran movimiento de penitencia, como preparación inmediata del reino del Mesías.

Muchas veces uno se asombra de porqué el Señor se bautizó si no le hacía falta. Jesús, sin tener necesidad de conversión, se sometió al rito del bautismo, de la misma manera que lo hizo a las observancias de la ley.

Y precisamente, Jesús, el día de su Ascensión también quiso que los cristianos enseñaran y bautizaran en su nombre, les dijo: «Id por todo el mundo y enseñad a todas las gentes bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».

El día de nuestro Bautismo es el más importante de nuestra vida, con él recibimos un nuevo nacimiento, por eso se llama el sacramento de la «re-generación».

Gracias al sacramento del Bautismo somos hijos de Dios. Lo mismo que al Señor, Dios nos dice: este es mi hijo muy amado. Por eso es un día tan trascendental.

Un cardenal filipino cuenta que, durante un viaje en avión se encontró en medio de una violenta tormenta tropical, que hacia que el avión fuera dando unos tumbos espectaculares.

Todos los pasajeros estaban tremendamente asustados. Al lado del cardenal se encontraba un niño. Y el cardenal le preguntó: –¿Tú porqué no estás asustado?

Efectivamente era muy raro que un niño estuviera tan sereno en una tempestad así. Y el chaval le respondió: –Es que el piloto es mi padre.

A veces vivimos intranquilos sin saber que Dios es nuestro Padre, el Amo del mundo. Y nos ponemos nerviosos ante los contratiempos de la vida corriente.

domingo, 6 de enero de 2008

DÍA DE MAGOS

Hoy, 6 de enero, es la fiesta de Magos. Eso es lo que dice la Sagrada Escritura que aquellos hombres eran magos. Ahora están de moda los magos. El libro más conocido es el de Harry Potter.

Allí a los que no son familia de Magos les llaman sangre sucia. Harry Potter es un niño que es perseguido por el maligno, que lo hiere y le deja una cicratriz que le recordará su fracaso porque no pudo derrotar a ese niño.

Ya sabemos que los magos aparecen y desaparecen. Cuando hablamos de ellos hablamos de trucos de magia. Un buen mago es el que sabe hacer aparecer y desaparecer y también cómo se hace cada truco.

Hoy celebramos que Dios «se nos ha aparecido». Epifanía significa «hacerse presente».
En realidad todos podemos ser un poco Magos, porque todos podemos «descubrir ese algo santo» que es el truco final de nuestra vida.

Ese algo santo que está escondido para los que no han sido purificados, por la «sangre limpia» de Jesucristo.

Dios se oculta en la Eucaristía. Los que no son cristianos no descubren el poder que tiene la sangre de nuestro Señor.

Precisamente la palabra «santidad» en griego, viene de «a-gios»: limpieza; y en latín de sanguine tinctus: sanctus. Teñido de sangre.

La «sangre limpia» de nuestro Señor, oculta en la Eucaristía, hace que nosotros descubramos la estrella de nuestra vida.

En la vida de los Magos por un momento la estrella desapareció. Y volvió a aparecer de nuevo, como si Dios hiciera un truco. Y los Magos al verla de nuevo se sonrieron, como si aplaudieran.

Muchos vieron en Jesús a un niño semejante a los demás. Los Magos, en cambio supieron ver en él al Niño, que vencería al Maligno con el amor: y así lo hizo con su cicatriz en forma de cruz.

Al reconocerle le ofrecieron sus presentes, los dones más preciosos del Oriente. También nosotros podemos ofrecerle nuestros dones más mágicos: la fe la esperanza y la caridad.

El oro de nuestra fe, que cree en la realeza de ese Niño; el incienso de nuestra esperanza, que es el buen perfume que notan los que nos tratan; y la mirra de nuestro amor, que es bálsamo para aliviar el sufrimiento de los demás.

Como siempre, Herodes, Quien–no–debe–ser–nombrado, intentó engañar a los Reyes, pero ellos se escabulleron por arte de magia. Buen ejemplo para nosotros que debemos utilizar la magia de Dios en nuestra vida.

Ver homilía extensa


VERSIÓN EXTENSA

Por sugerencia del Arcipreste D. José Antonio García Romero (http://sacerdotessacerdotes.blogspot.com/),


Párroco de San Juan Evangelista, en Mancha Real (Jaén, España),



a partir de ahora pondremos las homilías con versión extensa.

FORO DE HOMILÍAS

Homilías breves predicables organizadas por tiempo litúrgico, temas, etc.... Muchas se encuentran ampliadas en el Foro de Meditaciones