jueves, 23 de julio de 2009

EL CATERING


«Abres tú la mano, Señor, y nos sacias» dice el salmo de la Misa (144).

Nuestro Dios quiere enseñarnos que nada se escapa a su mirada. También se preocupa de las necesidades materiales.

CONSTATAR NUESTRA DEFICIENCIA

Sino se cuenta con el poder de Dios la reacción es siempre la misma, pensar que no tenemos suficiente con lo que hay.

«Qué hago yo con esto para cien personas» (Primera lectura: « ¿Qué es esto para tanta gente?».

La verdad es que cinco bocadillos de sardinas para dar de comer a más de cinco mil personas es un verdadero milagro.

NO QUIERE DESPENSA
En el Padre nuestro le pedimos: «danos hoy nuestro pan de cada día». Parece que el Señor no quiere que tengamos despensa: arregla las cosas para que nos alimentemos hoy. Y que confiemos el mañana a su Providencia.

El Señor como es Dios vive siempre en el hoy. Nosotros tenemos pasado y futuro, y por eso podemos inquietarnos ante las necesidades próximas.

LO IMPORTANTE LO PONE DIOS

Bien sabe de qué tenemos necesidad. Sólo nos pide que confiemos en Él, y pongamos los medios que estén a nuestro alcance.

En nuestra vida los milagro los hace el Señor pero quiere que nosotros colaboremos en algo, y nos demos cuenta que lo importante lo hace Él.

Y complacernos es capaz de montar un catering en pleno campo.

sábado, 4 de julio de 2009

PROFETA EN SU PUEBLO



El ser humano se acostumbra a todo: tanto al bien como al mal.

La gente de Nazaret se acostumbró a la presencia de Jesús. Esto es lo que pasa a la gente vulgar que no es capaz de darse cuenta cuando tiene a una persona extraordinaria (cfr. Evangelio de la Misa: Mc 6,16).

También a nosotros nos puede ocurrir que valoremos más a la gente con la que no hemos vivido. “Nadie es grande para su mayordomo” dice el refrán.

Jesús se queja de la falta de fe, que hace que no se descubra el paso del Señor por nuestra vida.

De todas formas siempre se nos dan oportunidades. Incluso la gente de Nazaret se dio cuenta de Jesús que hacía milagros, y de que hablaba con sabiduría, pero no lo valoraban, porque había vivido con él.

El Señor le dijo al profeta Ezequiel: Te hagan caso o no te hagan caso “sabrán que hubo un profeta en medio de ellos” (cfr. Primera lectura de la Misa: Ez 2,2-5).

Efectivamente de alguna forma nos damos cuenta de que algo pasa, pero sin fe resulta todo confuso, como les ocurrió a los de Nazaret, que se escandalizaban.

Hace falta tener los ojos puestos en el Señor (cfr. Salmo responsorial: 122) para valorar a las personas y a los sucesos de nuestra vida. Y esto se consigue en la oración mental. El verano es un buen momento para ejercitarse: mirar a Dios y sentirse mirado por él.

FORO DE HOMILÍAS

Homilías breves predicables organizadas por tiempo litúrgico, temas, etc.... Muchas se encuentran ampliadas en el Foro de Meditaciones