sábado, 31 de enero de 2009

ESPANTADOS (IV DOMINGO CICLO B)

Jesús no quiere suprimir las enseñanzas del Antiguo Testamento: viene a completarlas.

Todo el Antiguo Testamento es como una introducción que nos prepara para la venida del Señor. El hecho de que el Verbo se haga Hombre ha sido un acontecimiento único que exigía cierta preparación.

UNA OPERACIÓN DE MARKETING

Con algunas películas se hacen campañas de publicidad muy bien montadas. Antes de que salgan a la pantalla, hay como una gran operación de marketing.
Ponen carteles por todos lados. Se hacen entrevistas. Muestran imágenes de partes aisladas. Algunas incluso sacan camisetas con el dibujo de uno de los personajes, carteles por todos lados con las caras de los protagonistas, etc.
La venida de Jesús no podía ser para menos. Y aparecieron profetas que hablaban de él. Reyes que adoraban al único Dios y que gobernaban al pueblo judío, que era de la misma raza que el Señor.
Es muy importante el Antiguo Testamento. De hecho es parte de la Revelación. No es algo que está ahí para que lo estudien los curas y los que tengan un interés especial por la religión, sino que es el preámbulo, la preparación de lo que va a venir.
La conexión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento - son palabras del Papa - ”es un elemento constitutivo para la Iglesia: Jesús sólo puede ser entendido en el contexto de «la Ley y los Profetas»”
EL ACTOR MÁS FAMOSO

Se entiende más a Jesús de Nazaret con el Antiguo Testamento que sin él. La aparición de Jesús en el mundo divide la historia en un antes y un después.
Jesús, como el «nuevo Moisés», nos ha dado una nueva visión de las cosas. En Él vemos realizada la promesa hecha por Moisés: «El Señor tu Dios suscitará en medio de tus hermanos un profeta como yo» (Dt 18, 15).
Es alguien que no deja para nada indiferente. Las cosas que decía en su predicación sorprendían siempre e incluso escandalizaron a más de uno. Hablaba con tal convencimiento que se notaba que aquello debía de ser verdad. Su voz tenía autoridad, la autoridad de Dios.
JESÚS NO DEJA INDIFERENTE
Como dice el Evangelio: Jesús hablaba con autoridad y la gente se espantaba.
A los antiguos se les ha dicho, pero yo os digo. El Yo de Jesús destaca de un modo como ningún maestro de la Ley se lo puede permitir, nos dice el Papa.
La multitud lo nota; Mateo nos dice claramente que el pueblo «estaba espantado» de su forma de enseñar. No enseñaba como lo hacen los rabinos, sino como alguien que tiene «autoridad» (7, 28; cfr. Mc 1, 22; Lc 4, 32).
Dice el Papa que el motivo de tal espanto no era su capacidad de hablar, su elocuencia. Sino que se ponía al mismo nivel que la Ley: A los antiguos se les ha dicho, pero yo os digo…
Para los judíos se estaba poniendo a la misma altura que Dios. Y eso era muy fuerte. Jesús no deja indiferente porque habla de los bienaventurados, de los pobres y de los que sufren ¿no es para espantarse?
El «espanto» del que habla san Mateo, y que se traduce normalmente por «asombro», es precisamente el miedo ante una persona que se atreve a hablar con la autoridad de Dios.
Espanto porque, o bien iba en contra de la majestad de Dios, o, lo que sería terrible y les parecía prácticamente inconcebible, estaba realmente a la misma altura de Dios.
Quien no se espantaba de nada, sino que vivía lo que Jesús decía era la Virgen, su Madre de Dios.

lunes, 19 de enero de 2009

METANOIA CON RECETA (III DOMINGO CICLO B)

La cercanía de Dios nos pide siempre un nuevo cambio: todos somos pecadores.

A veces no resulta cómodo decir a una persona que tiene que cambiar. Por eso hay quien se resiste a hablar claro a los demás. Esto le sucedía al profeta Jonás, que pensaba que no le iban a hacer caso.

Pero acabó predicando la conversión en Nínive (la actual Bagdad). Él se resistía a ir para allá, y el Señor tuvo que llevarlo en el interior de una ballena, inventando así el primer submarino de la historia.

CONVERSIÓN EN MEDIO ORIENTE

Era necesaria la conversión de los ninivitas. Tenían que cambiar la mala vida que llevaban. Y para eso un hombre debía decirlo, porque el Señor utiliza instrumentos (cfr. Jon 3,1-5.10: primera lectura de la Misa).

CONVERSIÓN EN OCCIDENTE

Ahora es necesario que se dé un cambio en nuestra vida. Pero si vemos que no lo necesitamos –como le ocurría a los de Nínive– entonces es que nuestra conversión debe ser más urgente todavía.

Puede ser que Dios envíe a alguien para que nos diga: –No eres excesivamente malo, pero tampoco eres excesivamente bueno. Te estás volviendo tibio.

Aunque con toda seguridad nuestra vida no será así, porque vivimos como cristianos. Pero puede ser que nos dé miedo corregir, meternos en la vida de los demás.

PEQUEÑO JONÁS

Si huimos de colaborar en la conversión de los demás seríamos como Jonás. La palabra «metanoia», conversión, puede sonarnos a griego, porque no queremos saber nada de las enfermedades ajenas.

Pero a los cristianos el Señor nos ha puesto como médicos de urgencia: la gente que tenemos a nuestro alrededor necesita de nuestra ayuda. Y hay que darse prisa porque como dice San Pablo «la representación de este mundo se termina» (en segunda lectura de la Misa: 1Co 7,29-31).

LA RECETA

Es tan importante anunciar la conversión que esto fue lo primero que hizo Jesús: Él iba predicando «convertíos y creed en el Evangelio».

Si queremos que la gente cambie de verdad hay que hablarles del Evangelio. Y el cristianismo se puede resumir en tres palabras: amistad con Jesucristo. Esto es lo importante porque no se puede conseguir metanoia sin receta.


lunes, 12 de enero de 2009

ENCUENTROS EN LA PRIMERA FASE (II DOMINGO CICLO B, 18 de enero)

En la actualidad Dios sigue llamando, y lo hace como casi siempre: en el silencio y a través de otras personas que nos lo presentan.

He de reconocer que algunos de los que estamos aquí hemos sido llamados a la amistad con Dios de esas dos formas.

LA LLAMADA

Nos cuenta la Sagrada Escritura que un chico llamado Samuel aún no conocía cómo hablaba el Señor (cfr. 3,3b-10.19: primera lectura de la Misa).

Fue el sacerdote Elí quien entendió que Dios llamaba a aquel chico. Por eso le dio el consejo de que cuando oyese algo dijera: –«Habla, que tu siervo te escucha».

Y éste fue el inicio de la amistad del Señor con Samuel.

También nos relata el Evangelio el encuentro de Jesús con dos jóvenes: Juan y Andrés.

Estos dos chicos fueron intermediarios para que otros conocieran a Jesús (cfr: Jn 1,35-42: en la Misa de hoy). Más tarde todos ellos serían amigos de Dios.

EL RECEPTOR

Ya se ve que Dios suele hablar bajito. Y sólo es posible escucharle si nuestro interior es un receptor que no está dañado.

Juan Pablo II hablaba de «la teología del cuerpo». Y así es: nuestro cuerpo es un instrumento de alta tecnología espiritual, que si sufre alteraciones no podrá escuchar la voz de Dios.

Admiramos los grandes templos de Roma o Estambul, que han servido de encuentro con Dios.

Pero el templo más preciado por el Señor es nuestro cuerpo: allí puede habitar el Espíritu Santo, o puede ser un santuario vacio o profanado (cfr. 1 Co 6,13c-15ª.17-20: segunda lectura de la Misa).

Lo primero es comenzar con un tiempo dedicado a Dios, esto serán nuestros encuentros en primera fase. Luego vendrá la amistad.

MAESTRA DEL SILENCIO Y DE LA ESCUCHA

Desde que tuvo uso de razón María estuvo atenta a la voz de Dios. Y era tan fluido ese diálogo, que el mismo Señor quiso habitar materialmente en su cuerpo. Cómo en nuestro caso cuando recibimos la Comunión.

domingo, 11 de enero de 2009

ES MI PADRE (BAUTISMO DEL SEÑOR)

El día de nuestro Bautismo es el más importante de nuestra vida, ya que nos hacemos hijos de Dios. Con él recibimos un nuevo nacimiento, por eso se llama también el sacramento de la re-generación.

Jesús fue al encuentro de San Juan Bautista, que estaba predicando con gran éxito la conversión. Era normal que en un ambiente de expectación ante la venida del Mesías, la gente se estuviera preparando.

Iban tantos, que los fariseos acuden para ver qué pasa (Jn 1,19-26). Y en medio de tanta gente también el Señor aparece por allí: «Vino Jesús desde Nazaret de Galilea» (Mc 1,9). Juan el Bautista cumplió su misión de mover a la penitencia, como preparación de la llegada del Reino de Dios.


Muchas veces uno se asombra de por qué el Señor se bautizó si no le hacía falta. Jesús, sin tener necesidad de conversión, se sometió al rito del Bautismo, de la misma manera que lo hizo a los mandatos de la Ley.

UN CRISTIANO ES UN BAUTIZADO

Y precisamente, Jesús, el día de su Ascensión también quiso que los cristianos enseñaran y bautizaran en su nombre. Les dijo: «Id por todo el mundo y enseñad a todas las gentes bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,16).

La ceremonia del Bautismo ha cambiado mucho. Antes, en los primeros tiempos, la mayor parte de las personas que se bautizaban eran adultos, y el Bautismo se hacía por inmersión: la gente se iba al Jordán o a cualquier otro riachuelo que estuviera a mano, y el sacerdote los sumergía enteramente en el agua.

Todo eso significaba que el que se bautizaba era sumergido bajo el agua y, al salir, resucitaba como Jesús. Y así se convertía en una nueva persona de pies a cabeza.

Nosotros llegamos a la salvación a través del agua. Eso es el Bautismo: lanzarse al agua para obtener la liberación.

Conozco un sacerdote que celebraba su cumpleaños el día de su Bautismo porque lo consideraba como el día de su nacimiento. San Josemaría, a veces, cuando pasaba al lado de su pila bautismal la besaba, porque allí había empezado a nacer.

Gracias al sacramento del Bautismo somos hijos de Dios. Es lo mismo que le ocurrió al Señor en el Evangelio. Dios nos dice: «eres mi hijo muy amado» (cfr. Mc 1,11). Por eso es un momento tan trascendental.

A TRAVÉS DEL AIRE

Un cardenal filipino cuenta que, durante un viaje en avión, se encontró en medio de una violenta tormenta tropical y el avión empezó a dar unos tumbos espectaculares.

Todos los pasajeros estaban tremendamente asustados. A su lado se encontraba un niño. Y el cardenal le preguntó: –¿Tú por qué no estás asustado? Efectivamente era muy raro que un niño estuviera tan sereno en una tempestad así. Y el chaval le respondió: –Es que el piloto es mi padre.

CON LOS PIES EN LA TIERRA

A veces vivimos intranquilos sin saber que Dios es nuestro Padre, el Amo del mundo. Y nos ponemos nerviosos por muchas cosas: los exámenes, que será de mí el día de mañana, o perdemos la paz cuando nos regañan o no nos ha salido algo como queríamos.

Con frecuencia nos comportamos como un niño sin padres, que va de sobresalto en sobresalto porque no tiene nadie que le dé seguridad.

Así vivió desde siempre la Hija predilecta de Dios, la Virgen María. El Espíritu la cubrió con su sombra en el momento de la Encarnación y la protegió siempre, también en las horas tremendas de la Pasión. Nadie se metió con Ella, nadie la insultó ni se burló de la Madre del Condenado. Su Padre Dios, el Señor de la Historia, no lo permitió.

martes, 6 de enero de 2009

HA NACIDO UNA ESTRELLA (EPIFANIA DEL SEÑOR)

Unos magos se presentaron en Jerusalén preguntando por el Rey de los judíos, que según pensaban acababa de nacer, porque habían visto su estrella.

«Vidimus stellam eius in oriente» dice el texto bíblico (Mt 2,2: Evangelio de la Misa). Y la liturgia de la Iglesia traduce: «Hemos visto salir su estrella».

Se traduce «in oriente» como «al salir», o «al nacer». Hemos visto su estrella «al nacer», porque «oriente» no es sólo un lugar de la tierra, oriente también indica «nacimiento», lo mismo que occidente es el declive o muerte.

UNA ESTRELLA

Algunos también hemos visto cómo la estrella de Dios nacía en nuestro corazón. Nos acordamos ahora de esos momentos en los que vimos brillar la llamada. Nos dimos cuenta de que no eran casualidades lo que nos estaba sucediendo: y como siempre el Señor nos exigió fe para lanzarnos y ponernos en camino.

UNA LLAMADA

Notamos aquella llamada de Jesús –venid– y dejamos todas las cosas para seguirle: como hicieron los Magos. Como han hecho todos los santos: para seguir al Señor hay que tener cintura, cambiar los esquemas, no aferrarse a lo que ya hacemos.

Como en el caso de los Reyes Magos, el Señor nos pide cosas curiosas, cada etapa de nuestra vida tiene su cierta originalidad: lo de seguir una estrella tiene mucho de poético pero en realidad no deja de ser pintoresco.

DIOS JUEGA

Hemos de dejar a Dios que juegue con nosotros, que nos haga descubrir su voluntad de la forma que Él quiere: en este caso fue poco racional, si lo miramos humanamente hablando, si quería que unos reyes le adoraran, podía haberlos avisado a través de un ángel, y la cosa hubiera sido menos problemática.

DEJARSE LLEVAR

Pero el Señor tiene sus planes, que muchas veces están concadenados unos con otros: tenían que enterarse unos sabios y el Rey Herodes. Había que probar la fe y la esperanza de unos hombres piadosos... Cosas que tiene Dios para funcionar con los hombres: juega a varias bandas... lo que tenemos que hacer es dejarnos llevar.

Eso hicieron los magos, y por eso «vieron al niño con María, su madre».

domingo, 4 de enero de 2009

DIOS NOS HA DADO SU PALABRA

«Tu Palabra todopoderosa, Señor, vino desde el trono real de los cielos»: esto que hemos escuchado en la Antífona de entrada (SB 18,14-15) se cumplió.

Porque «
la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros» (R. del Salmo Responsorial y Evangelio: Jn 1,14).

Como dice el libro del Eclesiástico: hablando de la Sabiduría de Dios, su la Palabra: «
El Creador del universo me ordenó, el Creador estableció el lugar de mi residencia: –Habita en Jacob, sea Israel tu heredad» Y así sucedió. Allí nació el Redentor.

Dios nos ha dado su Palabra, y no tiene otra. Todo lo ha dicho en Jesús y ya no tiene más que hablar.

Por eso a después de su venida parece Señor se queda mudo, porque ya no tiene más que hablar.

Y el que ahora quisiera que Dios le respondiera, o buscase tener una visión, no sólo sería una tontería, sino que haría un agravio a Dios.

Lo nuestro es poner nuestros ojos totalmente en Cristo, sin querer otra cosa, porque Jesús es su Palabra eterna.

(San Juan de la Cruz, Subida al monte Carmelo 2, 22, 3 - 5: Biblioteca Mística Carmelitana, v. 11 (Burgos 1929), p. 184. ).

FORO DE HOMILÍAS

Homilías breves predicables organizadas por tiempo litúrgico, temas, etc.... Muchas se encuentran ampliadas en el Foro de Meditaciones