Iahveh dio a su Pueblo la Ley para que supieran comportarse con sabiduría: todavía hoy en día parece admirable su contenido (cfr. Ex 20,1-17: primera lectura de la Misa).
Efectivamente esa Ley que Dios le entregó a Moisés era muy superior al ordenamiento jurídico que tenían otras naciones de su época.
DECÁLOGO
La Ley que dio el Señor a Israel está resumida en los Diez Mandamientos.
Aunque esos mandatos podían ser descubiertos de forma natural.
Pero no obstante Dios escribió esos mandamientos en unas tablas porque los hombres no los leían en sus corazones.
LA LEY NUEVA
Jesús, en el lugar más sagrado que tenían los judíos, actúa con autoridad. Y dice que Él es el verdadero Templo (cfr. Jn 2,13-25: Evangelio de la Misa).
Así como Moisés recibió de Dios la Ley antigua, los Apóstoles recibieron de Jesús la Ley Nueva.
Pero esta Ley no fue escrita en piedra, sino esculpida en el corazón.
LA VIDA EN CRISTO
El ser cristiano no es sólo comportarse de una forma determinada. Más que hacer una serie de cosas es seguir a una Persona.
Los cristianos tenemos que seguir a Cristo, vivir una vida nueva.
LA SABIDURÍA DE DIOS
Los cristianos, como hacía San Pablo, tenemos que hablar de Cristo, sin tener miedo de que haya sido crucificado (cfr. 1 Co, 1,22-25: segunda lectura de la Misa).
Precisamente Cristo crucificado manifiesta la Sabiduría de Dios. Su Nueva Ley es el Amor; por eso Dios es capaz de hacerse Hombre y morir por nosotros.
La Sabiduría de Dios no es fría, sino amable y misericordiosa. Es Cristo. Y la Virgen la llevó en sus rodillas. Por eso Ella es Asiento de la Sabiduría.
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