HORMIGÓN ARMADO

EL AMOR DE DIOS ES INGENIERO

El Amor de Dios es ingenioso. Por eso a Dios se le podría comparar con un Ingeniero, que organiza nuestra vida para que seamos felices. 

El Amor de Dios ha buscado la persona que mejor convenía para completar vuestra vida.

El Señor, como buen ingeniero ha previsto  hasta los más pequeños detalles para que un día como hoy estuvieseis aquí. 

En la primera lectura hemos escuchado el libro de la Sabiduría que nos dice que es imposible conocer los planes de Dios, si Él no nos envía su Espíritu de Amor.

Y efectivamente el Amor de Dios os ha traído y os ha llevado. Todo ha estado proyectado por Dios, con un especial cariño, para que os conocierais los dos mientras trabajabais en un catering, precisamente en el colegio Monaita.

El Amor de Dios lo organiza todo para el bien de los que le aman. Nada es casual.



TRATÁNDOSE DE UN INGENIERO

En un día como hoy –que me perdone Triana– lo más poético que se me ocurre es comparar al matrimonio con el hormigón armado.

Como sabéis por Wikipedia el hormigón es un elemento estructural que resiste mal la tracción.  

El hormigón resiste mal la tensión. Cuando se le estirara se vuelve muy vulnerable. Y esto es lo que nos sucede a los hombres, que parecemos fuertes pero con frecuencia nos venimos abajo.

Por eso  cuando Manuel vio a Triana pensó lo mismo que hubiera pensado el «Hormigón» cuando conoció a la «Acero».

Dijo el Hormigón: «en cuanto la vi me encantó: su simpatía, su educación... y con el tiempo he conocido lo mejor de ella: sus valores)....es el mejor regalo que me han hecho nunca»

Esto no lo he leído en internet, sino que me lo contó el novio hablando de Triana.

Bien empezamos. Y «lo que bien empieza, bien continua». Porque –en este caso– acabar, no acabará.

Lo hemos leído en la Primera lectura ( cfr. 1 Cor 12, 31s) Ya lo diría San Pablo si estuviera aquí: «el hormigón armado no acaba nunca». 

Porque el amor es la fuerza de dos que no quieren separarse.

EL QUE OS UNE ES DIOS

Y si Dios os une no hay nada que pueda separaros. 

Dios lo que hace es unir. Porque Dios es el mejor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. 

Esta tarde empieza a construirse vuestro matrimonio, pero lo importante de una construcción de un puente no es el comienzo.

Precisamente en el Evangelio de la Misa de hoy Jesús pone el ejemplo de un ingeniero  que tiene que hacer los cálculos, y poner los cimientos. 

Pero si no quería hacer el ridículo, tenía que terminarlo. 

No sea -dice Jesús- que se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar".

El secreto para ser fieles a vuestra vocación matrimonial es tener muy presente a la Madre de Dios en vuestra casa. 

No es una casualidad que os casarais en sábado. El día que la Iglesia dedica a la Virgen. 

Tampoco es una casualidad que la novia tenga mucha devoción a la Señora, como la llaman en Sevilla.

Por vuestro matrimonio, por vuestro puente, tiene que pasar la Virgen. 

POR EL PUENTE DE TRIANA PASA LA REINA

Así dice la sevillana. Esto del puente tiene su historia. Porque Manuel quería darle la sorpresa a su novia proponiéndole el matrimonio en un puente. 

Triana que no tenía ni idea de lo que Mauel tramaba, no estaba por la labor de ir a ese puente de Fuengirola, donde el novio le quería entregar el anillo de compromiso.

Y cuando llegaron al sitio. Para que le diera tiempo de sacarse la cajita del bolsillo. Manuel hizo un dibujo con las siguientes palabras: 

-Flipailla, este dibujo era solo para distraerte mientras me sacaba una cosa del bolsillo!! Vamos a ello!!

En el dibujo se ve un puente, con un monigote con pelo pincho, y una de las rodillas en tierra.

Mientras otro monigote, con el pelo largo, tiene los brazos levantados como si se estallase de alegría y de sorpresa.

Pues la Virgen, que con su cariño llenó de alegría unas bodas, también pasará por este puente de Triana, que hoy construís. 

Por eso empezad desde el primer momento rezando las tres avemarías de por la noche. Y enseñarle esta costumbre a vuestro hijos. 

Porque la Virgen suministra acero a  nuestro hormigón de barro.





–PRIMERA LECTURA (del XXIII Domingo del Tiempo Ordinario)
Sb 9,13-18: ¿Quién comprende lo que Dios quiere? 

–SALMO (del XXIII Domingo del Tiempo Ordinario)
89,3-4.5-6.12-13.14.17: Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. 

–SEGUNDA LECTURA: DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN      PABLO A LOS CORINTIOS, 12,31-13,8b

–EVANGELIO (del XXIII Domingo del Tiempo Ordinario)
Lc 14,25-33: ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?