«Abres tú la mano, Señor, y nos sacias» dice el salmo de la Misa (144).
Nuestro Dios quiere enseñarnos que nada se escapa a su mirada. También se preocupa de las necesidades materiales.
CONSTATAR NUESTRA DEFICIENCIA
Sino se cuenta con el poder de Dios la reacción es siempre la misma, pensar que no tenemos suficiente con lo que hay.
«Qué hago yo con esto para cien personas» (Primera lectura: « ¿Qué es esto para tanta gente?».
La verdad es que cinco bocadillos de sardinas para dar de comer a más de cinco mil personas es un verdadero milagro.
NO QUIERE DESPENSA
En el Padre nuestro le pedimos: «danos hoy nuestro pan de cada día». Parece que el Señor no quiere que tengamos despensa: arregla las cosas para que nos alimentemos hoy. Y que confiemos el mañana a su Providencia.
El Señor como es Dios vive siempre en el hoy. Nosotros tenemos pasado y futuro, y por eso podemos inquietarnos ante las necesidades próximas.
LO IMPORTANTE LO PONE DIOS
Bien sabe de qué tenemos necesidad. Sólo nos pide que confiemos en Él, y pongamos los medios que estén a nuestro alcance.
En nuestra vida los milagro los hace el Señor pero quiere que nosotros colaboremos en algo, y nos demos cuenta que lo importante lo hace Él.
Y complacernos es capaz de montar un catering en pleno campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario